sábado, 17 de diciembre de 2016

Literatura y videojuegos

Decir que el mundo de los videojuegos está en auge es ya del siglo pasado. Los avances tecnológicos y la apuesta de las universidades por este entretenimiento, lo han convertido en un referente para adolescentes. Tanto es así que el pasado 1 de diciembre, el Microsoft Theater de Los Ángeles (California) acogió la 3ª gala de los Game Awards, los Oscar de los videojuegos. Uno de esos premios es el de Mejor Diseño Narrativo, que este año ha caído en manos de Uncharted 4: A Thief's End.
Nos ha venido como anillo al dedo el concurso de microrrelatos sobre videojuegos que Diversidad Literaria ha puesto en marcha. Se puede participar hasta el 25 de febrero. Para vosotros, lectores.

LA PERSONA DESPISTADA
¡Estaba ansioso por el nuevo videojuego! No podía soportar la espera. Le pedí a mi madre 60 euros. Llegué al local y… ¡estaba lleno! Esperé por lo menos 2 horas, incluso había gente que durmió allí en tiendas de campañas. Pasó el tiempo y llegó mi turno, ¡por fin lo compré! Llegué a mi casa y me llevé un chasco, resulta que era el antiguo videojuego.
Juan María Márquez (1º ESO)


LA FASE FINAL
Estaba en la fase final, derrotar al gran jefe. Me quedaba una única vida, una oportunidad, aquel videojuego había sido muy importante para mí, me concentre, y fui a por todas. Pasé el muro, salté la barrera, me acorralaron unos tres o cuatro chavales, aproveché y gasté la bomba. Era el jefe, cara a cara, corrí hasta él, y… ¡BUMMM! Acabé con él y liberé a la princesa. Me costó pero lo hice. 
Gonzalo Daniel Sánchez Ruiz (1º ESO) 


GAME OVER
Nathan Drake corría con toda su alma, notaba como sus perseguidores le estaban alcanzando. Las balas le silbaban por todos los lados notaba las pisadas de los secuaces de Sully. Torció a la izquierda y… un precipicio enorme le rodeó. Iba cayendo y al cabo de unos segundos notó como un dolor enorme le recorrió el cuerpo y su vista se nubló. ¡Qué mierda!, dijo Mike, no me paso el videojuego.
Pablo Jiménez Alonso (1º ESO)

LA RECOMPENSA
Me quería comprar un videojuego que era famoso y estaba nervioso, pues lo quería yo y mi madre no me dejaba. Al día siguiente nos dieron las notas: ¡Cuatro sobres y 6 notables! No me lo podía creer, mis padres me lo dejaron comprar. Fui a la tienda muy contento y me dijeron que no lo tenían. Vaya chasco. 
Mario López Delgado (1º ESO)

LOS SUPER GATOS
Yo tengo cuatro gatos uno es gris, otro es marrón; otro es amarillo y otro es blanco. Son parte del equipo Skiforce Kitty. Un día mis gatos desaparecieron y yo los estuve buscando. Los encontré luchando con unos zorros, en una batalla desigual y... a muerte. Al final me los llevé, no se fueran a lastimar.
Yago Reyero (1º ESO) 

EN EL MUNDO DE MARIO
Érase una vez, un niño llamado Diego que le gustaban un montón los videojuegos. Un día, estaba jugando a Mario Bros, cuando de repente una extraña luz le envolvió dejándole ciego por cinco segundos. Cuando abrió los ojos, se vio envuelto en el mundo de Mario Bros, miró a la pantalla y vio a Mario Bros jugando por él. Como sabía que Mario Bros no sabía nada, se puso a llorar. 
Diego Rojas Romero (1º ESO)

domingo, 11 de diciembre de 2016

¿Nos hacemos un periódico? ¿Digital?

Quizá penséis que los literatos a los que tratamos de alcanzar semanalmente con nuestros escritos, poco tienen que ver con los periodistas, más allá de que ambos escriben. Pues bien, nada más lejos de la realidad; sino, que le pregunten a Larra.

Así que os invito a que echéis un vistazo a este proyecto a ver qué os parece. ¿Nos hacemos un periódico?


Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.

sábado, 10 de diciembre de 2016

Relatos en Cadena (Ser)

Un año más, la emisora de radio Cadena Ser ha puesto en marcha el concurso Microrrelatos en Cadena. Una iniciativa muy interesante para nosotros, pequeños escritores. La idea es muy sencilla: tienes 100 palabras para continuar el microrrelato ganador del mes anterior, usando la última frase de este. Nosotros participamos después del ganador de noviembre, cuyo título era Hiperrealismo. Y aquí continúan nuestros alumnos con:

POR UNA BUENA CAUSA 
De un certero bocado, le arrebato el pincel. El pintor enfadado corría detrás del ladrón, pues mucho aprecio tenía a su pincel, daría cualquier cosa por ese preciado pincel. El ladrón no estaba dispuesto a soltar el pincel. Cinco calles más abajo, el pintor alcanzó al ladrón, cuando le quitó el pasamontañas se dio cuenta que el ladrón era su mejor amigo, este le contó porque lo había hecho.
Rodrigo Jabato de Lucas (1º ESO) 

SUEÑO
De un certero bocado, le arrebató el pincel. Se adelantó corriendo y desapareció entre la maleza, al tiempo en el que el ruido de las pisadas disminuía. Recorrí tres pasos inseguro, y retrocedí la misma distancia. Recogí la oxidada bicicleta y me lancé con ímpetu tras los pasos de mi pincel. No sabía a donde me llevaría, ni siquiera si lo volvería a ver. Pero si no lo seguía, por mucho que entrase hasta la fuente aquella… Me desperté.
Gabriel Pérez-Miranda Mata (1º ESO) 

ARTE INCOMPRENSIBLE
De un certero bocado le arrebató el pincel. Aquel lienzo se llevó al pintor para siempre. Nunca había dado una pincelada igual. Y en ese color. Estaba perfilando su historia. Algo que le entristecía. Pero quién iba a entenderle. Quien iba a saber que ese cuadro era su historia. Que aquel lienzo representaba emociones. Pero, ¿Qué eran las emociones? ¿Qué eran los sentimientos? Era algo que solo conocían los ancianos. Lloró amargamente. Su nación, su patria, estaba abandonada. Había tanto sufrimiento. La juventud, las nuevas generaciones, no conocían las emociones. La alegría, la tristeza. Esa dictadura lo había destruido todo.
Juan Diego Pérez - Miranda Mata (3º ESO) 

EL VIAJE DEL GORRIÓN 
De un certero bocado le arrebató el pincel. Tras dejar atónito al pintor, el gorrión salió por la ventana. Sobrevoló la vida de muchas personas. Algunas buenas, otras no tanto. Desde las alturas, observó las alegrías y preocupaciones de cada país. Pasó bulliciosas ciudades, deshabitados pueblos. Poco a poco fue atravesando ríos, mares y bosque contaminados o arrasados por el ser humano. Con este concepto del mundo quedó aquel gorrión, al igual que tantos hombres y mujeres que pasan por esta vida sin que nadie les muestre algo mejor o intenten enmendar los propios errores.
Samuel Castellanos Tamayo (3º ESO) 

EL CASTIGO DEL HECHICERO 
De un certero bocado, le arrebató el pincel. Mike empezó a perseguir al estropajo que le había quitado el pincel, regalo de su maestro de hechicería, Gaspar. Todo empezó cuando el maestro le dijo que se iba a la ciudad a comprar la cena de ese día. De repente, le apeteció pintar, pero el cubo de pintura roja se había caído y fue cuando intentó que las cosas que le rodeaban le ayudaran. Pero un estropajo rebelde le había quitado el pincel, y Mike le persiguió por toda la habitación hasta que llegó el maestro y les mandó a los dos que se fueran a su cuarto.
Pablo Jiménez Alonso 1ºC 

EL EQUIPO DE PINTORES
De un certero bocado, le arrebató el pincel la piraña Casa Blanca. El pintor francés se enfadó con ella y sus amigos los españoles fueron a por ella. La piraña tenía ventajas y nadaba sobre el agua. Los pintores se enojaron y se compraron un pincel Anti-Pirañas. Era color dorado, medía 27 centímetros y con un olor repelente a las pirañas. Pero otro día un cocodrilo le volvió a arrebatar el pincel, y… por arte de magia, un ejército de cocodrilos apareció. Los pintores no sabían que hacer. Los pintores se rindieron y se compraron otro pincel más simple.
Juan María Márquez González (1º ESO)

MISTERIOSO ANIMAL 
De un certero bocado, le arrebató el pincel. En cuanto lo tuvo se dio a la fuga, el artista se quedó con la boca abierta no se esperaba tal sorpresa. No se volvió a saber más de aquel misterioso animal, pues como un mandril el animal corría. El artista enfadado seguía, pues el animal su pincel se había llevado. Ay del pobre artista que sin pincel seguía, no sabía que haría y lo único que pudo hacer es bajarse a la papelería y comprarse otro nuevo.
Noel Bezos Parra (1º ESO) 

EL REY 
De un certero bocado, le arrebató el pincel. Había pertenecido a un gran rey. El perro corrió y corrió hasta que se tropezó y salió del cuadro. El rey, alucinado, cogió el pincel y se marchó al palacio, pensando en lo sucedido. El pobre perro no sabía dónde estaba, ya era la hora de comer, así que decidió volver.
Gonzalo Daniel Sánchez Ruiz (1º ESO)

martes, 6 de diciembre de 2016

Compromiso para el buen investigador

Hoy os dejo algo de información útil para todos aquellos que os tenéis que enfrentar a la realización de un trabajo de investigación. Sea más o menos sencillo, aquí os dejo 6 claves necesarias para llevarlo a cabo con el objetivo de obtener los mejores resultados.


viernes, 2 de diciembre de 2016

Personas sin hogar

El pasado domingo 27 de noviembre se celebró la campaña anual de Personas sin Hogar. El lema de este año "Por dignididad. Nadie Sin Hogar". Desde nuestro humilde rincón literario en la red hemos querido hacer visible este problema de la sociedad que nos incumbe a todos.
Para inspirar a los chicos, escuchamos la canción del rapero Nach, Castillos de cartón. Aquí os dejamos los duros relatos de nuestros escritores.


COMPARTIR
Érase una vez una mañana de invierno, víspera de Navidad. Un niño llamado Diego era rico y siempre quería todo para él, pero un día sus padres le contaron una historia sobre los pobres y a él se le enterneció el corazón. Al día siguiente, Papá Noel le trajo 40 regalos y él por una vez no quiso quedarse con todos los regalos, sino que decidió coger la mitad,y la otra mitad decidió dársela a un niño pobre que estaba a la vuelta de la esquina. Cuando se los dio, el niño se alegró tanto que se hicieron amigos.
Diego Rojas Romero (1º ESO)

EL DÍA DE LOS SIN TECHO
Un día del año está dedicado a la gente que no tiene hogar, yo lo sé porque mi padre me lo contó mientras caminábamos por las calles de Madrid, cuando pasábamos por los cartones en el suelo en los que solía dormir la gente que no tenía techo. Esa misma noche soñé una cosa rarísima
- ¡No! - gritaba yo sin parar en la cama sin ser consciente.
Mi madre me estaba dejando tirado en mitad de la calle. Yo intentaba alcanzarla pero no lo conseguía, ¡era imposible! No lo conseguía, intentaba correr más rápido pero no llegaba, era como si estuviera en una cinta eléctrica de deportista. Al final me rendí porque no lo conseguía y me cansaba, así que me senté en un banco, llorando, para esperar a mi madre. Pasaron los años y yo seguía esperando a mi madre. Dormía en el banco, comía sobras del suelo y vivía de la naturaleza, al final un borracho me sacó la navaja y…
- ¡Tom levántate de la cama!
Pablo Fernández Marinas (1º ESO)

LA VERDAD ES CRUEL
Hoy es un día más en esta birria de mundo, donde los buenos son pobres y los malos son ricos. Yo soy Luján, vivo en el banco de la calle Burrax. Por las mañanas cuando viene el barrendero y me echa a escobazos, me voy avergonzado por tener que vivir en un banco. La gente me dice que soy un vago por no buscar trabajo, pero no es mi culpa ya que nada más entrar en una oficina, o un establecimiento me echan a patadas porque creen que vengo a mendigar o a robar. Después de asimilar que otro día más me discriminan por no tener un duro, me voy al bar de un amigo, que siempre tiene muchas cajas de todos los tamaños y me puedo construir una mini choza, hasta que vienen los borrachos y me la queman. Un día no me di cuenta de que mi choza estaba ardiendo y al despertarme estaba en el hospital sin un brazo. Los médicos dijeron que era un milagro que siguiera con vida.
Fotograma de Invisbles, Oren Moverman (2014)
Yo pensaba: “¿Dé qué te sirve sobrevivir si sigues teniendo una vida repulsiva, que la gente que me ve pedir me escupe y se ríe de mí?
Deambulo por las calles oscuras sin un trozo de pan que llevarme a la boca. Siempre paso por la casa de adopción donde ahora vive mi hijo Tomi; pero no me recuerda. Ya está enorme y hace diez años que me lo quitaron.
Al pensar en la vida que tengo me dan ganas de quitarme lo único que me falta por perder, la vida. Estoy en el puente de Mérida. Voy a saltar a más de cien metros de altura y lo que sé es que a esta distancia el agua es como un suelo de hormigón. Antes de saltar un hombre joven me grita.
- No hagas una locura, seguro que tienes a gente que le harás una faena.
Yo le digo que nadie me quiere; que soy pobre y la única persona que tiene interés en mi es el barrendero que le encanta despertarme con el agua sucia de la fregona.
-¿Te hace falta un trabajo? Soy el duque de Magnolia Prominent y aun necesito criados. Si te interesa es tuyo, pero por favor no te tires.
Y así es como conseguí el trabajo de mi vida.
Gabriel Quesada Lobo (2º ESO)

DÍA GRIS. HUELE A LLUVIA
Un músico callejero sale al encuentro de la corriente de la ciudad. Gente por todos lados, amabilidad por todos lados, dinero que fluye como un río. Nada en el sombrero.
El día pasa, el día se oscurece más y más.
La noche llega. El guitarrista vuelve a su rincón. Se esconde del frío invernal entre mantas raídas y trozos de cartón.
Pasan los días, los meses, los años. El músico ve su vida pasar sin poder dirigirla.
Sin darse cuenta, la muerte viene a visitarlo. Deja su cuerpo esperando algo mejor al otro lado. Entre sus papeles encuentran un hombre.
Nadie se da cuenta de que falta aquel hombre que alegraba sus días. Aquel hombre que muchos ignoraban. Aquel hombre del que nadie sabía su nombre.
Samuel Castellanos Tamayo (3º ESO)

FELIZ CUMPLEAÑOS
He tenido una pesadilla.
Me levanto para decírselo a mi madre, pero veo que no está. Miro a la mujer con detenimiento y veo que no la conozco. No es mi madre. Busco a mi padre. Tampoco está. Vuelvo a mi cuarto y veo que mi cama no tiene mis sabanas de Cars habituales. Busco la cama de mi hermano y veo que es otro niño el que está allí.
Me despierto. Me levanto, cojo mi manta de periódicos y grapas, y me voy a otro rincón a dormir.
Hoy es mi séptimo cumpleaños.
Borja Luengo (3º ESO)

QuizáGabriel Pérez Miranda (1º ESO)
Personas sin hogar, Juan Gómez Villa (2º ESO).
La ceguera del día a día, Luis Contreras (1º ESO).
El vagabundo sin techo, Miguel Heras (1º ESO).
Un mal menor, Gonzalo Pérez (3º ESO).
Mi amigo el vagabundo, Pablo Jiménez Alonso (1º ESO).
Yo puedo hacer algo, Noel Bezos (1º ESO).
¿Me ves?, Gonzalo Sánchez Ruiz (1º ESO).





viernes, 25 de noviembre de 2016

Un poema para el Museo del Jamón

Como apunté en la entrada anterior, hoy nos hemos tirado a la piscina de los versos y las rimas. Eso sí, con sabor a jamón. La cadena madrileña El Museo del Jamón ha puesto en marcha un concurso de rimas, sorteando un Jamón Ibérico El Piornalego. La verdad es que un servidor no es un experto en este manjar, pero nadie rechaza un regalo como este para "decorar" nuestras cenas navideñas.

Ya nos gustaría estar a la altura del gran Pablo Neruda con aquellas estrofas de El gran mantel. De momento nos conformamos con sentarnos a la mesa a degustar su buen hacer con los versos. Espero que lo disfrutéis y, si os entra el hambre, no dudéis en compartir vuestros poemas con nosotros.

EL MUSEO DEL JAMÓN
El Museo del Jamón
mola un montón,
porque como del cerdo mogollón.

Pero en el Museo del Jamón
no hay solo un buen jamón,
sino también salchichón.

Me gusta tanto el jamón
que he ido a comer un montón.

Mi vecino y el tocino no son buenos compañeros,
pero eso no es problema
porque él tiene un buen lema:
“Aunque no coma tocino, me avecino un buen jamón”
Diego Rojas (1º ESO)

ODA AL MUSEO DEL JAMÓN
De la porcina bestia en los cuartos traseros te hallas,
del mimo de bellotas y campos extremeños 
procede el sabor que el español exiliado extraña, 
Y que frente a ningún manjar te hace de menos.

En el momento de hambre el paladar te anhela,
Te busca en la nevera, frío y con frecuencia sucio escondrijo, 
Y no te encuentra, por más que busca y lo intenta,
Para dejar al estómago, de nuevo, vacío.

No te hallará en su hogar el hombre hambriento, 
Que deberá salir de su guarida y entrar al metro
Para emerger de nuevo, línea tres, en Almendrales.

Ahí le espera, dispuesto a calmar su hambre,
Y cuidado no le haga perder la razón, 
Entre Avenida Córdoba y Antonio López…
 el Museo del Jamón.
Miguel Heras y
Guillermo Zarauza
(1º ESO y profesor)

MUSEO DEL JAMÓN
El Museo del Jamón es el mejor
no lo comparéis con lo peor
porque si lo veis os llevaréis un sorpresón.
sirven el jamón en bandeja de plata.

Y además os dan una pata,
en vez de en tapas,
porque eso es una patata.

No tengo más que hablar
Porque si lo hago no podre parar.
Luis Contreras (1º ESO)


LA MAGIA DEL MUSEO
Cuando estaba lleno de hambre era un jamoncito
pero cuando lo comí me quedé muy pesadito.
Cuando entré en el museo era delgadito,
pero cuando salí descubrí que era gordito.
Diego Fuertes (3º ESO)

EL CERDO ASUSTADO
El cochino tuvo miedo.
Dijo: “ser jamón no quiero".
Pero al final fue a escapar,
y lo llevaron a matar.

Le habían contado, tanto
que uno pudo escapar,
como que otro pudo volver
a su bonito hogar.

Tampoco flaco estoy
y tampoco fuerte soy,
pues yo fui un comilón.
Ahora, al Museo del Jamón.
Juan Diego Pérez (3º ESO)

 EL MUSEO SALVADOR
Recuerdo una larga mañana de hambruna.
Más que desesperado, tienda no veía alguna.

En ese instante vislumbré,con el corazón
rebosante de nueva y renovada ilusión,
que ante mis ojos estaba el Museo del Jamón.

¡Y qué jamón, qué croquetas,
qué sopa, qué gran ternera!
Al querer todo probar,
me llené hasta reventar.
Pero como irse sin degustar,
cualquier tipo de manjar,
de aquel admirable lugar.
Samuel Castellanos (3º ESO)

EL DÍA QUE TE VI
Recuerdo claro el día que te vi, 
era allí en la Gran Vía de Madrid.
Llovía y sin paraguas que cubrir
esos cabellos de un largo sin fin.

Pasando en taxi, decidí parar,
parar el tiempo por siempre jamás.
Pasando entre taxis, pude cruzar,
cruzar los vientos para susurrar
versos liberados de esta ciudad,
a tus oídos, a nuestro hogar.

Cubrimos nuestros empapados cuerpos 
con el paraguas del moro del metro.
"¿Dónde vamos?", le pregunté de lleno.
Y ella: "espera, empecemos de cero".
"¿Dónde vamos?", le pregunté de nuevo.
Y ella: "ya sé, conozco algo en el centro".

"No puedo esperar", aventuré yo.
"¿Aquí mismo?", pensó y se sonrojó.
"Confía en mí", la frase del amor.
Su sonrisa de oro pincel abrió
las puertas del Museo del Jamón.
"Para compartir, bocata, los dos".

De verdad, fue así como la conocí,
prendido por sus ojos azul añil.
El Profesor


miércoles, 23 de noviembre de 2016

Puro teatro

Pasado mañana mostraremos las nuevas creaciones literarias y poéticas de nuestros alumnos. Pero antes, no nos hemos podido resistir a formar parte del fenómeno viral del momento: mannequin challenge. Muchos de nuestros pequeños escritores están participando en el Club de Teatro que empezamos este año en Andel y antes de lanzarnos al "método", había que hacer una pequeña pausa.

¡Grande chicos!



viernes, 18 de noviembre de 2016

Sugestionando al escritor

Todo trabajo bien hecho requiere dedicación, esfuerzo y muchas horas de trabajo. Los grandes escritores podían estar años con una novela hasta darla por acabada. E incluso, con el punto final, muchos han afirmado que, si no fuera por el editor, hubieran seguido haciendo cambios.
Pero en este largo proceso artístico, también hay momentos en los que las ideas fluyen sin control y el escritor debe manejar el torrente de palabras que van inundando su mente.
En las historias de esta semana, los alumnos se han visto obligados a escribir sin descanso: cada dos o tres minutos les decíamos una palabra distinta, sin relación aparente. Empezando por tiburón y acabando por linterna, pasando por reloj, tecnología o persiana. ¿El objetivo? Imaginar y crear haciendo asociaciones libres. ¿El resultado? Lean y disfruten.

UNA NUEVA AMISTAD
Ayer en la playa estaba caminando cuando me encontré entre las rocas un tiburón. Miré mi reloj. Eran las siete de la tarde. A esa hora el socorrista tendría que estar en su puesto escuchando la radio, pero no lo encontré. Me metí en las rocas otra vez, pero mi tobillo se quejaba a costa de las rocas.  La luna había empezado a salir entre las nubes. Mi móvil sonó. Yo no era muy bueno con la tecnología, aunque me estaba acostumbrando. Miré de izquierda a derecha buscando algo que me sirviera, pero solo me encontré un trozo de persiana.
Visto en https://goo.gl/5D60EL
Qué peligro tenía el tiburón. Al respirar, se notaba que se estaba muriendo. Intenté que confiara en mí, pero se nota que se me daba mal hacer amigos.  Seguro que mi mujer me estaba esperando en casa con la comida ya hecha, mirando el reloj del salón impacientemente. Entonces encontré una placa de hierro e hice palanca. Ese trozo de hierro me parecía Tan auténtico tesoro. Vi alejarse al tiburón, quizá él no se acordará nunca más de mí, pero yo de él sí.
Me volví a casa con la bicicleta, alumbrando el camino que yo pisaba, alegre de la buena obra de caridad que había hecho, y la nueva amistad que había logrado.

Pablo Jiménez Alonso (1º ESO)

COSAS QUE PIENSO
Mi madre decía que había visto un tiburón. El reloj marcaba las dos de la tarde y allí estábamos esperando al guardacostas. En la radio que tenía en mi mano, escuché que en las playas de Alicante se había dado el aviso de tiburones. En aquel momento sentí un dolor punzante en el tobillo. Al mirarme pude ver una especie de pez luna, pero con unas grande púas...
De pronto me desperté rodeado de un montón de objetos que recordaba haber estudiado en tecnología. Al mirar a mí alrededor me di cuenta de que la persiana de la habitación estaba subida. Un hombre me dijo que aquel pez era de gran peligro. El médico era amigo de mi padre, su mujer era una prima lejana del pueblo. 
Durante esos días que pasé en el hospital, me di cuenta de que la vida era un gran tesoro. Ah, y que necesitaba una linterna, que no recuerdo para que era. 
Samuel Castellanos Tamayo (3º ESO)


MI VIDA ES UN PELIGRO
Un día mientras que estaba en la playa vi un tiburón. Al día siguiente se me perdió el reloj en la playa y pensando que me lo había quitado el tiburón salí del agua. cuando salí del agua escuché en la radio de un turista que había ganado el Madrid el partido de fútbol. También escuché que Ronaldo se había partido el tobillo.
Cuando volví de mis vacaciones de la playa empecé el colegio y el primer día tuvimos examen de tecnología. En el examen de tecnología la persiana de mi clase se descolgó y nos dio un susto a todos y puso a un alumno de la clase en peligro. Resulta que se le cayó encima y le salió una brecha en la cabeza y resulta que era mi amigo.
A los diez años ese amigo tuvo mujer y a la mujer se le cayó la persiana encima mientras que patinaba en casa, cuando se cayó la persiana encima el suelo se rompió y se vio un tesoro que tenía dentro una linterna y millones de monedas de oro.
Pablo Fernández Marinas (1º ESO)


Un día cualquiera, Gabriel Quesada Lobo (2º ESO)
Pescando al gran tiburón, Féliz López Crespo (2º ESO)
La mala suerte, Juan Gómez Villa (2º ESO)

viernes, 11 de noviembre de 2016

Preparados, listos, YA

Ya hemos hablado otra veces del miedo al papel en blanco, de esa lucha entre la pluma y el papel. En la escritura creativa es más fácil empezar si tenemos un disparador, una frase con la que comenzar. En este caso, venía al pelo, tiramos de la siguiente: "escribió aquella palabra en la primera hoja del cuaderno". ¿Qué esconderán nuestros escritores en esa primera página?

PELIGROS EN LA CELDA
Escribió aquella palabra en la primera hoja del cuaderno. Escribía cuando se aburría en la celda de la cárcel. Compartía la celda con dos presos que no sabían escribir y si lo intentaban lo hacían mal. El problema para el ladrón era que no les conocía de nada. Lo único que sabía de ellos era que eran hermanos. Los dos hermanos habían acabado en la cárcel por cometer entre los dos juntos un asesinato. El ladrón se enteró de eso por el guardia que custodiaba las celdas. Los dos hermanos no eran habladores, pero otro problema para el ladrón es que sus dos compañeros le miraban todo el rato con malos ojos. Podía ser que le miraran así porque a lo mejor a él también le asesinarían. Ninguna noche podía dormir por miedo a los dos hermanos. Cuando salía el sol se tranquilizaba y salía al patio de la cárcel durante una hora y a continuación se dedicaba a excavar para hacer un túnel y luego su trabajo lo tapaban con un tablón de madera y luego lo rellenaban de arena por encima del tablón. Un día por la noche se durmió y al día siguiente los hermanos no estaban.
Juan Gómez Villa (2º ESO)

ESCRITURA TRANSITORIA
Escribió aquella palabra en la primera página del cuaderno. La escribió hace tiempo. Le había parecido más importante de lo normal. Era demasiado importante. Le pareció vivir una ensoñación. No sabía quién la había dicho. No sabía cuándo la había escrito. Pero aquellas grafías a lápiz le inspiraban. De hecho sintió que podía respirarlas, que podían o que habían entrado en su interior. De repente, vio a montones de personas llorando, tiradas en el suelo. Luego vio un montón de injusticias, de tiranía. Y luego hubo un destello. E inmediatamente después aparecieron en su cabeza esas líneas curvas que significaban algo en él. Hasta que consiguió leerlas. Ponía: SONRÍE.
Juan Diego Pérez - Miranda Mata (3º ESO)

NO HAY CURA
Empezó con una palabra, miedo. Era el miedo a sufrir, a sentir tan grande dolor. Un dolor insoportable que no tenía comparación. No sabía cuándo volvería a sentir otra vez ese dolor que provenía de su debilidad, de su maldición, de su enfermedad.
No tenía remedio, era una enfermedad incurable. No era mortal pero eso era lo peor. No podía librarse de aquel horrible sufrimiento. No, lo volvió a sentir.
Entonces se acabó la tint
Borja Luengo (3º ESO)

UNA HISTORIA QUE CONTARTE
Estaba en mi cuarto pensando qué podría hacer para matar el tiempo. Se me ocurrieron una serie de cosas: jugar al balón, construir lego o empezar a escribir en el diario que me regaló mi tía antes de fallecer.
En el momento en el que iba a empezar a escribir, oí un grito. Me sobresalté, ya que mi barrio es muy tranquilo; bajé al salón y miré entre las cortinas para cotillear un poco, pero la calle estaba desierta. Cuando fui a cruzar la puerta del ropero para subir las escaleras volví a oír un grito que provenía del ropero. Lo abrí y me metí un poco para dentro y la puerta se cerró detrás de mí. Antes de abrirla noté una corriente en la pared. Empecé a palpar y noté la corriente. Cogí una palanca, hice presión y descubrí que era una falsa pared. Quería ir a decírselo a mi madre, pero me di cuenta de que mi
madre trabaja en un hospital de noche. ¡Estaba solo en esta aventura escalofriante!
Cogí la linterna que guardamos en el estante de arriba y cuando alumbré el final de las escaleras, una fuerte brisa me golpeó en la cara y me cegó por el polvo en suspensión. Ya harto de tanto rollo paranormal me di la vuelta y me choqué con un muro. Apunté con la linterna y había desaparecido la salida. Ante ese estrés se rompió un escalón y rodé escaleras abajo. Me levanté mareado y antes de dar un paso me desmayé.
Al despertar miré a mi alrededor. Estaba repleto de árboles, me incorporé y vi que era un bosque denso en el que no se veía la luz del sol. Estaba alucinado y a la vez asustado. Empecé a andar para encontrar la salida. Oí un ruido y me escondí detrás de un árbol. Al instante apareció una mujer transparente, con un vestido, que a la altura de las rodillas ya no había nada de esa persona. Era como un fantasma. Me escondí para que no me viera. Cuando creía que ya se había ido me di la vuelta para no ir en la misma dirección que ese fantasma. Pero de repente ahí estaba con cara de tristeza y de enfado al mismo tiempo. Di un paso atrás y me tropecé con una raíz de un árbol que sobresalía. Cuando me levanté la mujer ya no estaba. Ya agotado solo se me ocurría una cosa: rezar. Me puse de rodillas y al pronunciar la primera palabra el bosque empezó a temblar y a abrirse el suelo. Una cosa sabía: el bosque estaba encantado. Al anochecer decidí acurrucarme en un árbol y dormir. Cuando desperté me encontré en una camilla de hospital y a mi lado estaba mi madre. Le pregunté qué me había pasado. Me dijo que llevaba en coma dos días que me había caído por las escaleras y me había desmayado yo me alegré al descubrir que todo había sido un mal sueño. Decidí apuntar esta gran aventura en mi diario.

Gabriel Quesada Lobo (2º ESO)

lunes, 7 de noviembre de 2016

¡Extra extra! Un nuevo periódico

En Camina y Escriba nos hemos lanzado a elaborar un periódico con la herramienta Paper.li, de manera que, diariamente, podamos acceder a nuevas noticias sobre literatura y educación. Lo encontraréis a la derecha de nuestro blog.

Que lo disfrutéis, pequeños lectores.

viernes, 4 de noviembre de 2016

Sombreros y gabardinas en noches de misterio

¿Quién no ha disfrutado alguna vez con una novela policiaca? El espía que surgió del miedo (John le Carré, 1963), El halcón maltés (Dashiell Hammett, 1930), El sueño eterno (Raymond Chandlet, 1939), La piedra lunar (Wilkie Collins, 1868) o Testigo de cargo (Agatha Christie, 1948), con esos protagonistas como Sherlock Holmes, Philip Marlowe o Poirot. Personajes a los que imitábamos, fantaseando con esas vidas tan intrigantes, tan intensas, tan diferentes de nuestra monótona realidad. Bastaba un viejo abrigo de papá o del abuelo para creernos unos auténticos héroes contra el crimen.
Nuestros chicos han sacado del abrigo un peculiar paquete...


NADA ZANJADO
Aquel hombre de la gabardina metió el sobre en el buzón. Llevaba varios días siguiendo muy de cerca sus movimientos. Tenía que atraparlo en el momento oportuno para acabar con la misión encargada.
Pasaron las semanas, los meses, los años… La operación del presunto terrorista, se había dado por finalizada el anterior jueves. Hoy, una semana después, redacto los informes sobre todas las
incursiones. Entre los papeles encuentro una carta enviada por el hombre que había estado vigilando. En ella puedo leer: “Estate preparado.”
A media noche, el ruido de la puerta me despierta. Siento un dolor punzante en el pecho, noto algo cálido sobre mis sábanas...
Samuel Castellanos Tamayo (3º ESO)

LA DEUDA
El hombre de la gabardina metió el sobre en el buzón. Dentro del sobre estaba escrito:
“Buenos días, Ignacio. Me han dicho que usted no me va a pagar la deuda que me debe. Si usted no me entrega el dinero le mataré. Lo que no me gusta de usted es que diga a mis espaldas que no me va a pagarme la deuda. Si esta semana no me lo entrega ocurrirá que durante el mes le estaré vigilando y le mataré por sorpresa. Solo tiene que dejarlo en la piedra que aparece km 14,3 en el camino de Santiago. Usted decide lo que le va a ocurrir.
PD: no intente escapar.
Anónimo”    
Juan Gómez Villa (2º ESO)

EL ASESINATO
El hombre de la gabardina metió el sobre en el buzón. Aquel hombre no tenía un paraguas y era bastante raro porque llovía ese día.
Un día después de encontrarme con él, oí  en las noticias que un hombre de gabardina negra sin paraguas mató a la mujer más rica del país. Cuando lo escuché me vino a la cabeza ese hombre dejando el sobre en el buzón.
Yo me acerqué al buzón. Lo abrí con una horquilla, que mi madre siempre las tiraba. Leí el sobre e iba destinado a su cómplice Benjamín. Abrí el sobre y me encontré la máscara del muerto Dante.
David González (3ºESO)

SHERLOK HOLMES Y EL TRABAJO DE LA REINA
Era por la mañana y Sherlock Holmes se puso su gabardina y se fue como todas las mañanas a tomar café. A continuación se fue al correo para enviar una carta a Watson. Era una carta de la Reina. Al parecer, un familiar suyo había sido asesinado. La Reina había oído hablar de sus hazañas, así que decidió enviar la misión a él y a Watson, y si encontraban al asesino le darían una fortuna que ni se imaginaban: ¡eran 10.000.000 de dólares!
Pablo Jiménez Alonso (1 ESO)

DOLORES EN LA ESQUINA
El hombre de la gabardina metió el sobre en el buzón. 
Era un día frío y lluvioso. Típico día en el que uno no querría  hacer nada pero… Abelardo Ataúlfo era un tío normal y corriente  que ese día solo le apetecía estar frente a la chimenea con un buen libro. Lo que no sabía era que todo iba a salir mal ese día. El primo de su mejor amigo le había pedido un favor que consistía en entregar un paquete a un tal Bernardo Manrique. Lo que no sospechaba
Abelardo era que Bernardo era un asesino a sueldo, y tenía un código con su cliente. Si alguien le daba un sobre con dinero cometía el asesinato por el que le habían contratado; sino, podía matar al que le había dado el sobre.
Abriendo el sobre vio que no había nada y le pegó un tiro a Abelardo.
Borja Luengo (3º ESO)
       

miércoles, 12 de octubre de 2016

No se echa de menos algo, hasta que se pierde

A todos nos ha pasado. Algo que teníamos muy claro dónde estaba (guardado o no), que desaparece sin saber por qué; y en el momento más inoportuno. Nos asaltan las prisas y afloran nuestros sentimientos más primitivos.

Narrarlo en primera persona autobiográfica es complejo. Así que nuestros alumnos han tirado de imaginación para meterse en la piel de otro personaje, que ha perdido su calcetín rojo...


EL CALCETÍN ROJO
Braun Engels se pasó media buscando el calcetín rojo. Lo necesitaba, era importante, muy importante. Aquel era un día que sería recordado por muchos. Aquel día resaltaría en los libros de Historia como el día en el que sería ensalzado el Imperio Alemán.
Braun finalmente lo encontró. Bajo la cómoda estaba aquel calcetín, rojo intenso y tan largo que llegaba casi hasta las rodillas. Su color encajaba de forma perfecta con la bandera del partido, la bandera del país, del país más grande y glorioso de la historia.
Gonzalo Vaquerín (4º ESO)

EL CUMPLEAÑOS DE PETER
Cuando se despertó, Peter se dio cuenta de que era su cumple, y quería ir presentable a vencer a Garfio. ¡Era el mejor regalo que alguien como Peter desearía! Pero... ¡se dio cuenta de que todos sus calcetines preferidos los estaba lavando Campanilla! Pensó que a lo mejor los rojos estarían bien con los pantalones verdes. Empezó a rebuscar entre sus cosas, pero no estaban, no los encontraba. ¡Una hora se pasó buscándolos! Hasta que se dio cuenta de que los tenían los niños perdidos. Se los dieron como regalo de cumpleaños. ¡Qué cara dura!
Pablo Jiménez Alonso (1º ESO)

EL PAYASO EUGENIO
Eugenio busca el calcetín rojo que le falta por poner para ir a la obra de teatro. Hay cinco actores y él es el que representa el papel de payaso. Le falta una hora para llegar al edificio y prepararse para que el público le vea. Cada vez que busca en un sitio y no encuentra el calcetín se pone más nervioso.
Al final, como no lo encuentra, decide coger un rotulador permanente para pintar uno de sus
calcetines blancos, de rojo. Pero tampoco tiene calcetines blancos. Coge uno negro, lo pinta, pero no queda bien ya que es un rojo oscuro y el otro calcetín es rojo claro.
Al final decide que si es un payaso, puede ir mal vestido. Se coge otro calcetín negro y cuando va a salir por la puerta, ve en el mango de la puerta que está la tela roja que le faltaba.
Juan Gómez Villa (1º ESO)

¿UN PERRO TONTO O INGENUO?
A era un perro muy peculiar. Vivía en un piso de 80 metros cuadrados. Lo había comprado a la inmobiliaria solo para hacerse el gracioso. Le había costado 120.000 euros. Los había sacado del banco como cualquier persona normal. Bueno, se puede decir que de alguna manera los podía haber robado. También pagaba la luz, el gas y todos esos rollos. Claro, destrozaba las facturas y se ocultaba a la policía y todo eso para que no le cogiesen.  Era un perro feliz. Pero era tan tonto y raro que ahora se estaba riendo al no encontrar su calcetín de la suerte.
Juan Diego Pérez-Miranda (3º ESO)

EL CALCETÍN PERDIDO DE MUHAMMAD-ALÚ
Se había armado un tremendo revuelo por la desaparición del calcetín rojo preferido del califa Muhammad-Alú. Ese calcetín era el cénit de su colección, lo había comprado en una subasta de calcetines por un millón de rupias.
Cuando se le perdió armó un revuelo tan grande que registraron a todos los sirvientes hasta certificar que no se lo había cogido ninguno. Luego llamaron al detective Achmed, el mejor en buscar calcetines, pues siempre los encontraba. Empezó a buscar en el armario, en el baño, en el salón en la cocina... Nada. Cuando estaba a punto de desfallecer vio uno rastro de hilos rojos recorriendo un pasillo que daba a la habitación del mono, mascota del califa. El calcetín se había convertido en una bola de hilos rojos. Decidió recurrir a su táctica secreta: comprar un calcetín normal rojo barato y sustituirlo por la bola de hilos.
Se lo dio al califa y este le pagó, y todos felices para siempre.
Borja luengo (3º ESO)

NO MIRARÉ POR LA VENTANA
- "Se pasó una hora buscando el calcetín rojo". ¿Cómo se analiza esta frase?
A ver si suena ya el timbre…  Después de seis horas de clase un viernes, lo que menos apetece es tener una clase entera de análisis.
Diiiin.
Así es como empezó aquella tarde.
Después de pasar por el típico interrogatorio de tu madre, me dispuse a tener una tarde de videojuegos. Al levantarme a por el mando, escuché unos gritos que venían de abajo. Llevado por la curiosidad, me asomé por la ventana y me di cuenta de que había dos hombres en la calle dándose empujones. En aquel preciso momento uno de ellos sacó un rifle de una bolsa disparando contra su rival. Acabó así la disputa.
Cuándo iba a salir corriendo la mirada del asesino se cruzo con la mía de curioso. Era un hombre robusto de cabellos negros y largos con ojos estropeados por el  alcohol. Después, bajó la cabeza y se marchó.

A las pocas semanas, caí en la cuenta de que no había avisado a la policía del incidente. Cogí el teléfono, marqué el número y esperé hasta que me contestó una voz fría y ronca. Tras contar lo ocurrido, colgó sin decir nada.
Ahora espero que quien encuentre esta carta sepa lo que ocurrió más tarde.
Espero que avises a la policía del asesinato de un hombre y de un niño, tan solo por mirar por una ventana. 
Samuel Castellanos Tamayo (3º ESO)

viernes, 7 de octubre de 2016

Volver a empezar

El título ya es suficientemente típico y tópico como para hablar aquí de lo que fue el verano, de lo vivido, de lo no vivido y de las nuevas ilusiones del nuevo curso. Todo tan nuevo y un año más viejo.
Más teniendo en cuenta que llevamos un mes en marcha. Más teniendo en cuenta que los escritores nunca descansan; de las musas, mejor no hablamos.

Ya hemos reunido a nuestro grupo de fieles de la pluma, y alguna que otra incorporación al tintero. No dejamos de crecer; ni de crear. La semana que viene podremos leerlos de nuevo.

Me parece que llevan buscando algo mucho tiempo para su protagonista...


miércoles, 15 de junio de 2016

Un ruido y un armario. ¿Miedo?

Miedo. Según nuestra querida RAE, este sustantivo abstracto tiene dos acepciones diferentes. La primera habla de "angustia por un riesgo o daño real o imaginario"; la segunda, "recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que se desea". 

¿Cómo ha podido el imaginario colectivo relacionar un ruido y un armario con estas sensaciones? Misterios de la literatura. Misterios en los que todo escritor desea participar. Jugar al engaño, al "escondite". ¿Te atreves a ver qué hay en estos armarios?


VIVA POR UN PELUCHE
Escuché un ruido y me escondí en el armario. Tenía miedo de que una niña de 5 años fuera asesinada por un persona que va por las casas pidiendo limosna por las mañanas y por las noches, asesinando a todos los que no le hayan pagado. Vi como alguien entreabrió la puerta para ver si estaba dormida, menos mal que puse a mi peluche para que creyera que estaba dormida. Le vi sacar unos cuchillos y clavárselos al peluche, mientras tanto yo aproveche y me escapé.
Stanislav Yaruchyk (1º ESO)
Fotograma película Polstergeist (2015)


EL TRISTE PORVENIR
Escuché un ruido y me escondí en el armario pensando que había entrado el dueño de aquella mansión y, al verme, llamaría a la policía. Con todas mis preocupaciones, en ese momento solo faltaba que me llevaran a la cárcel. Pensaba en suicidarme antes de que me encarcelaran, pero me detuve al oír farfullar al dueño sobre dónde estaba su cartera. Después de unos segundos se oyó un fuerte portazo. Con miedo, salí del armario y empecé a buscar todo lo que tuviera de valor aquel hombre. Después sufrí pánico por si tenía cámaras de vigilancia, pero después de inspeccionar la casa me tranquilicé. Iba a salir con mi botín cuando me encontré cara a cara con el ama de casa. Rápidamente saqué la pistola y la maté. Ya está, había emprendido mi camino como delincuente.
Yago Hidalgo Mayorga (2º ESO)

EL OSO
Escuché un ruido y me escondí en un armario. Yo únicamente era un humilde campesino que volvía de trabajar y me encontraba solo en mi cabaña. Total, que me encontraba en la cama y escuché como se abría la puerta chirriando. Tenía tanto miedo que me metí en el armario deprisa y corriendo. Lo peor fue cuando el desconocido entró en la habitación. Oí como se abría la puerta, miré por la mirilla y lo vi. Un oso enorme rebuscaba por todas partes, probablemente en busca de comida. Entonces, abrió la puerta del armario. Grité y salí corriendo. Llegué a una ciudad y allí me quedé a vivir. Unos años más tarde, compré una piel de oso a un mercader y me pareció que era aquel oso que una vez entró en mi casa.
Gonzalo Rodríguez (1º ESO)

EL OTRO HIJO
Escuché un ruido y me escondí en el armario al escuchar un chirrido en el final del pasillo. No era usual escuchar ese ruido, y menos por la noche. Mi padre y mi madre se habían ido a una boda y yo estaba asustado por ese ruido. El caso es que cada vez sonaba más fuerte. Eran pasos. Permanecí quieto cuando vi una sombra alargada y delgaducha. Buscaba algo debajo de la cama de mi dormitorio. ¿Qué hacía allí? Se levantó y vi que tenía el libro que mi madre me contaba para ir a dormir. Caí en la cuenta de que era Wilson, un hombre pobre. También tenía un hijo. Estaba claro, solo quería que su hijo pudiera dormir.
Juan Gorgojo Romero (2º ESO)

El monstruo del colegio, de Gabriel Quesada Lobo.