miércoles, 13 de diciembre de 2017

Palabras preciosas, ¿dónde estáis?

Zapeando en la web ("¡camarero!, una de anglicismos"), encontré una serie de palabras catalogadas como "preciosas", que además muchas eran desconocidas por nuestro alumnado. La verdad es que la imaginación y creatividad de nuestros pequeños escritores no deja de sorprendernos. Disfruten de estas bellezas.

SONÁMBULO
La luz incandescente del alba pintaba un paisaje lleno de cálidos colores salpicados entre el cielo y la tierra. Aquel pensamiento lleno mi cabeza y me hizo olvidar cualquier otro que no estuviese lleno de vida. Rosas inmarcesibles, nevados árboles bajo un radiante sol de mediodía, playas aisladas del mundo...
Un pensamiento me arrollo de súbito: nada de esto serví si tenía a la soledad como única compañera de mi viaje.
Samuel Castellanos Tamayo, 4º ESO

APOLO Y DAFNE
Estaba en un estado de ataraxia mientras  veía a mi acendrada amada bailando bajo el agua cual sirena. El agua era rojo sangre por la luz arrebolada de la aurora que se reflejaba en ella. Contemplando su belleza inmarcesible me dí cuenta de lo bonita que es la belleza si la tienes.
Borja Luengo Molero, 4º ESO

LA MELANCOLÍA, MI MEJOR AMIGA
Mi nombre es Juan Luis, tengo 98 años. Vivo solo, ya que mi mujer se murió el año pasado, y mis 9 hijos viven muy lejos de mí. Estoy caminando por el retiro de Madrid. Obserbo cómo las parejas se quieren, y recuerdo a mi mujer, estoy rodeado de olvido. Me acuerdo de la limerencia que sentí cuando ví por primera vez a mi esposa, yo era una persona nefelibata con el sueño de conquistar a mi mujer. Y el sonido melifluo que sonaba en mi cabeza cuando fue nuestro primer beso. Ahora se que he cambiado, mi mejor amiga es la melancolía, y jugamos a los recuerdos. Aunque, ese juego no me gusta mucho.
Pablo Jiménez Alonso, 2º ESO

EL AMOR ASESINO
Erase una vez un niño acendrado, era completamente transparente, aparte de buena persona, agradable, buen samaritano etc. En el alba se levanta de un salto, su primer pensamiento siempre  era hacia su abuela o como él la solía llamar abuelita; se duchaba, desayunaba y miraba el reloj, le quedan cinco horas para que empiece el colegio, el ya lo sabía porque siempre hacía lo mismo: cogía el metro iba a casa de su abuelita y la encontraba durmiendo a acurrucada junto a ella su perrita le daba un beso y empezaba su primer trabajo le hacía el desayuno, ponían una rosa recién cogida del
jardín, le limpiaba la casa y por último le preparaba la comida. Después le tocaba su segundo trabajo; los estudios; en clase era un chaval centrado siempre participaba en clase y mejoraba con cada día que pasaba, al terminar el colegio volvía a casa de su abuela y la encontraba cantando, le encantaba ver como su abuelita creaba esa palabras melifluas, estudiaba y se acurrucaba junto a ella para ver su telenovela favorita. Un día tuvo una epifanía pero no era clara pues en la visión se veía a sí mismo llorando sangre y sin un brazo. Ese día recibió un mensaje que le cambió la vida para siempre era un mensaje de su madre diciendo que la abuelita estaba en el hospital, el estaba en mitad de una clase de lengua pero al leerlo se levantó y se fue corriendo sin dar ninguna explicación. Al llegar preguntó que donde se encontraba su abuelita la señora le dijo que como se llamaba él la respondió diciendo que eso era superfluo, al llegar se encontró con su madre llorando sentada al lado de mi abuela cogidas de la mano y me dijo:
- Ha muerto, la han asesinado.
Desde ese día todo era diferente: empezó a llegar tarde a no hacer caso en clase y lo más preocupante era que en su mirada siempre se veía una rayo de alegría de amabilidad pero ahora solo tristeza, odio y desesperación. Un día su madre encontró a su hijo muerto en su cama. La causa, ansiedad.
Gabriel Quesada Lobo, 3º ESO

DIVERSIÓN A LA CAZA
Su acendrado y puro cuerpo corría impresionantemente rápido por el sotobosque. Por detrás suya se oían disparos y ladridos. Pronto todo habría llegado a su fin. Su hocico se movía repentina  y aceleradamente. Él consideraba superfluo el cazar, pero día tras día iban desapareciendo conejos amigos suyos y todo tenía una explicación tan humana. Pronto todo habría acabado, cada vez oía más cerca las voces excitadas de perros y humanos. Al alba iba a dejar este mundo. Una bala acarició ligeramente su oreja llevándose parte de ella consigo. El galopar de los caballos y aquel precioso arrebol de nubes visible entre las copas de los árboles fueron testigos de cómo una bala de rifle atravesaba su pequeño corazón. A ese tiempo uno de los hombres que le perseguía pensó que aquella magnífica mañana nunca caería en el olvido. Ya iban cinco.
Juan Diego, 4º ESO

AQUELLA REUNIÓN
Estaba en clase escuchando lo que decía mi profesor a mis padres sobre mí. Su vocabulario no estaba en mi comprensión, decía que no era una persona acendrada, que era una persona social, que era elocuente, pero que mi gran defecto era una persona nefelibata. Salimos del colegio mis padres salieron contentos de esa reunión con el  profesor, no se porque, pero eso me beneficiaba. Después de esa reunión vi el arrebol en el cielo. A lo largo del tiempo esta reunión quedó en el olvido.
David González, 4º ESO

Quién dijo miedo

El terror y el miedo han sido fuente de inspiración para artistas de diversas índole. Una manera de ponerle rostro para afrontar algo que nos es desconocido. Hoy pocos alumnos se han atrevido a enfrentarse a sus miedos, pero aquí están, vivos para contarlo.

EL VAMPIRO
Pedro ha viajado demasiado para llegar Francia. Su hogar se encuentra en Grecia. Lo habían llamado para que fuera a una dirección determinada por un asunto secreto. Llegó y subió hasta el tercer piso. La puerta de la casa a la que tenía que entrar se escuchaba una música lenta y fúnebre. Las puertas estaban abiertas y se dirigió a la fuente de sonido. En una sala se hallaba una radio. Y delante de él un vampiro…
Juan Gómez Villa, 3º ESO


JACKY HA VUELTO
Hace muchos años en un simple pueblo llamado Rumspeltinski de Transilvania vivía una niña con su madre, su madre era una mujer de ciencias, que en estas épocas  eran consideradas brujas. Un día estaba haciendo un experimento pero falló y dio vida a un muñeco de paja cuando lo vieron notaron que tenía una sonrisa malévola y escalofriante y lo pusieron en el jardín, una noche escucharon un ruido extraño y su madre bajó a ver que era pasaron diez  minutos y la niña llamó a su madre y alguien le contestó detrás suya: tu madre ya no está, pero si quieres podemos jugar nosotras.
Y a partir de esa noche no se supo más de esa familia.
Ignacio Cerdán Díaz, 2º ESO
PESADILLA EN ALCORCÓN
Érase una vez, en un país muy lejano llamado Alcorcón, sucedió una historia que acabó con la vida de la mayoría de la población. Diego, como siempre, fue a la compra, pero cuando llegó al supermercado, vio un cartel que ponía “ Cerrado por invasión zombi”. A Diego le extrañó mucho la razón por la que habían cerrado el supermercado, así que no se dio por vencido y decidió intentar colarse en el supermercado. Cuando consiguió entrar en el supermercado, decidió hacer la compra que le había mandado su madre, pero cuando iba a por la fruta, se encontró con un barril radiactivo y como era tan curioso decidió abrirlo. Cuando lo abrió, un gas putrefacto le dio en la cara y de repente como por arte de magia le empezó a cambiar el cuerpo. Le salió pus de la boca y la cabeza se le empezó a hinchar, se había convertido en zombi. Cuando salió del supermercado en busca de ayuda, se cruzó con un hombre anciano, y como por arte de magia, le empezó a  comer el cerebro. Y por tanto, él también se convirtió en zombi. Y así continuó la cadena de la población hasta que todo Alcorcón fue evacuado por una brigada de antinucleares. Cuando Diego se curó, decidió no volver a ser tan curioso.
Diego Rojas Romero, 2º ESO

LA VERSIÓN TERRORÍFICA DE CAPERUCITA ROJA
En una noche cualquiera, en un pueblo cercano al bosque, vivía una niña con su abuela. La gente la llamaba Caperucita Roja porque siempre llevaba una capa roja como la sangre. Una noche su abuela le dijo: necesito que vayas al pueblo a comprar unas manzanas y un espejo para mañana. Para llegar al pueblo era obligatorio pasar el bosque de los mil caminos llamado así por las casi infinitas posibilidades de perderse. Ya en medio del bosque se encontró con una casa hecha de manzanas negras. Como ella se había perdido llamó a la puerta y la abrió una mujer encapuchada. Ella entró en la casa y lo que vio la hizo dar un grito de terror. En la casa estaban los cadáveres de Hansel y Gretel y Ricitos de oro. Ellos eran unos niños que se habían perdido en el bosque tiempo atrás.
Yago reyero Martín, 2º ESO

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Genio e ingenio

El pasado 8 de noviembre se celebró el Día Internacional del Inventor. Desde nuestro humilde rincón en la red de redes, pusimos las letras al servicio de los grandes descubridores de la historia. Quizá reinventándola un poco.

ARQUÍMEDES
Arquímedes estaba agotado tras aquel largo día de fracaso,así que decidió darse un baño de agua caliente. Mientras se preparaba se le cayó una corona dorada al agua. Entonces descubrió que subía el agua de la bañera. Salió corriendo gritando a la calle "¡eureka!". Pero la gente se reía de él al verle. Fue entonces cuando descubrió que estaba desnudo.
Yago Reyero Martín, 2º ESO

NICOLÁS COPÉRNICO
Nicolás estaba jugando con sus tío, ya que sus padres fallecieron hace ya un año. para él su tío era solo su tío, para el resto de la gente solo era un sacerdote. Pero Nico tenía muchas curiosidades. Un día jugando al pilla pilla con sus amigos encontró como una mariposa se movía en círculos y se le ocurrió la ley de la gravitación universal, pero Newton era mayor y se la quitó.
Gonzalo Pérez Alonso, 4º ESO

INGENIO Y EXTRAVAGANCIA

Érase una vez, en un país muy extraño en un tiempo muy extraño, había una persona muy extraña. Con un pelo canoso que recordaba a una especie de desordenado algodón dulce incoloro. Rondaría los sesenta años. Estaba hasta el gorro de la gente que criticaba sus extravagantes inventos y no paraban de perseguirle con estupidísimas preguntas. Por las tardes se intentaba concentrar en el estudio que estaba realizando sobre las leyes de Newton pero los constantes gritos y peleas de sus nietos no le dejaban concentrarse. Entonces se le ocurrió algo. Algo que solo a él se le hubiera podido ocurrir. Cogió una bombona de oxígeno y empezó a confeccionar una especie de casco de tela con dos lentes para ver en la zona de los ojos. Lo hizo de manera que pudiera aislarse del exterior la cabeza que se metiera dentro. Así, con el oxígeno que la bombona introducía en el casco, podía servir para aislarse del exterior y centrarse mucho mejor. Definitivamente, había encontrado la solución a la mayoría de sus problemas. Definitivamente, había encontrado paz.

Juan Diego, 4º ESO

EL QUERIDO THOMAS
Erase una vez un niño llamado Thomas que ya desde pequeño sacaba muy buenas notas y se portaba muy bien. Cuando terminó los estudios, pasó a la universidad donde estudió para ser telegrafista. Un día, un profesor de Thomas le dijo que era superdotado y que por tanto tenía que abandonar la universidad y empezar a trabajar. Cuando Thomas llegó a su casa, les dijo a sus padres este mismo mensaje y su padre dijo que iba a empezar a trabajar en su taller de coches. A Thomas esa idea no le agradó puesto que él quería ser telefonista, pero como no le quedaba otra opción lo terminó aceptando. Un día, cuando estaba trabajando en el taller de  su padre, vio unas piezas que le interesaron y decidió quedárselas. Cuando terminó de trabajar, se fue a su habitación a hacer lo que él verdaderamente quería hacer, ser telefonista.
Diego Rojas Romero, 2º ESO

miércoles, 8 de noviembre de 2017

La fiesta de cumpleaños

Hace poco fue el cumpleaños de uno de nuestros pequeños escritores. En su honor, decidimos dedicarle nuestros relatos; aunque algunos tienen poco de felices. Disfruten, y si es su cumpleaños, doblemente.

En veinte minutos
Veinte minutos antes del día señalado, sin haber podido dormir, salí a la calle pensando en una gran cantidad de cosas, la mayoría sin sentido.
Al poco tiempo de estar en otro mundo, volví al mío dándome cuenta de que tenía un compromiso en diez minutos. Comencé a caminar con destino bajo el cielo casi estrellado de la ciudad. Fijé la vista en numerosos escaparates llenos de prendas y calzado con un mínimo de tres ceros. Entre en una calle compuesta por sombríos apartamentos hasta detenerme en la puerta de uno lleno de vida.
Samuel Castellanos Tamayo (4ºESO)

La fiesta  de cumpleaños
Estaba yo en mi casa tranquilamente cuando el teléfono sonó y tuve que levantarme para coger ese maldito trasto y descolgarlo. Para mi sorpresa el que estaba llamando era mi viejo amigo Bob y no, no es la esponja que sale por la tele, aunque a mí me estresa tanto como lo hace él. Y diréis, “¿por qué, si se supone que es tu mejor amigo?”, pues porque el muy mmmmm invitó a todos los de la clase excepto a mí cuando no conocía ni a la mitad. Así que esta es mi vida. Si creéis que vuestro amigo es malo, mirad el mío, porque encima después de su cumple me llamó para decirme que se lo había pasado genial. Eso fue lo que más me fastidió.
Ignacio Cerdán (2ºESO)

La fiesta
Me levanté pensando en cómo me había ido el día ayer. Estaba preocupada, porque mi jefe me había pedido que terminase de hacer unos proyectos cuya fecha límite era hoy. Lo peor de todo es que no tenía ni la mitad hecho. Me llevé un disgusto grande porque mi hijo
mayor, Juan, me había escrito una nota donde ponía que ya no me podía soportar más y que se mudaba a un apartamento en las afueras de la ciudad. Y el pequeño estaba con mi ex marido. Iba de camino al trabajo y como todos los viernes comprobé si me había tocado la lotería. Esta vez vi que el último número coincidía. Me froté los ojos pensando que era un sueño. El dependiente vio mi papeleta y saltó confeti. De repente aparecieron todos mis seres queridos, incluido mi jefe, mi marido y Juan. Me saltaron las lágrimas de felicidad, no sabía si era un sueño, pero, si lo era, deseé que no acabase nunca. Les pregunté cómo sabían que había ganado, y me contestaron que todos habían comprado una papeleta para que me tocara. De repente, todos gritaron: “¡feliz cumpleaños!”
Stanis Yaruchyk (3ºESO)

Fiesta en el hotel
Me invitó a su fiesta de cumpleaños. Lo sabía porque me llegó una invitación al buzón de casa. Era en el centro, o eso parecía. Me dijo que le esperara en el hall de un lujoso hotel. Yo no sabía quién era. Acabé pensando que era una broma pesada. La única firma que tenía aquella nota era una calavera. Pensé que era mejor no avisar a nadie. De repente, en casa, escuché unos disparos que venían del piso de abajo. Bajé las escaleras y vi el cadáver del señor Courveau, pero algo en su pecho me llamó la atención. Era una nota con una calavera. Ponía que la fiesta era hoy. Subí precipitadamente a casa a buscar una pistola mientras la vecina llamaba a la policía. El asesino había huido por la puerta de atrás. Cogí el coche y volé hacia el Hôtel d´Aigle, donde especificaba la invitación que era la fiesta. Me bajé del coche y entré precipitadamente en la recepción. Vi a una persona vestida de payaso que abrió fuego contra mí. Solo me dio en el brazo izquierdo y conseguí refugiarme tras una maceta. Unos hombres consiguieron inmovilizar al payaso al tiempo que otro entraba por la puerta y cosía a tiros al tirador y sus captores. Entonces perdí el sentido.
Juan Diego (4º ESO)

La fiesta de cumpleaños
Pepe salió por la puerta del colegio aquella tarde demasiado despacio. Algunas personas le empujaban porque no iba lo suficientemente deprisa respecto a los demás. Por la calle aceleró el paso. Paró de repente en seco, ya que algo le había llamado la atención: en el edificio de enfrente se escuchaban gritos y golpes tremendos. Algunos miraban hacia el lugar de donde provenía el ruido. Pepe fue al edificio y entró por una puerta sucia y desvencijada. Se estaba entrometiendo en asuntos ajenos a él. Subió por las escaleras. El volumen cada vez subía más. Era ensordecedor. Llevaba ya dos tramos de escaleras cuando un ruido detrás de él le sobresaltó. No se dio la vuelta y corrió por los escalones hasta llegar al piso del que provenía el sonido. La puerta estaba abierta de par en par. Pepe supuso que los que estuvieran montando semejante jaleo querían que las personas fueran con ellos para celebrar algo. Entró y pensó que mejor no debería haberlo hecho. Estaban celebrando un cumpleaños y todos ellos estaban sucios. Había botellines de cerveza por el suelo. Bajó los escalones de tres en tres hasta que al final se tropezó y rodó por las escaleras. Los del cumpleaños le cogieron y le echaron fuera del edificio.
Anónimo

Gabriel Quesada Lobo (3º ESO), La fiesta de cumpleaños.
David González (4º ESO), La reconciliación.
Yago Reyero (2º ESO), La fiesta de cumpleaños.
Diego Fuertes (4º ESO), La fiesta de mi cumpleaños.
Borja Luengo (4º ESO)Ingenuidad.
Diego Rojas (2º ESO), La fiesta de cumpleaños.
Juan Ros (2º ESO), La fiesta de cumpleaños.








lunes, 30 de octubre de 2017

Mi yo futuro

Para un momento. ¿Hace cuánto que no preguntas por tu "yo futuro"? ¿Qué quieres que ocurra con tu vida dentro de 5, 10, 15 años? Los alumnos han vuelto a la vida creativa con ganas renovadas y un sentido de su porvenir muy profundo.

CURIOSA VISITA
Iba caminando al lado de unos acantilados. Iba solo. El cielo estaba nublado. De repente, vi algo alto con una placa rectangular al final entre unos matorrales. La destapé. Era parecida a las señales de tráfico. Sobre fondo amarillo había escrito en mayúsculas y en negro: “VIAJE A DENTRO DE 10 AÑOS”. Unos metros más allá encontré una puerta en la roca que daba a unas oscuras escaleras. Según bajé el primer escalón, aparecí en Madrid, en mi casa. Todo había cambiado un poco, no mucho. Iba a llamar al timbre pero se me adelantó a la hora de abrir un chico alto y moreno. Me dijo que esperaba mi visita y que era mi yo del futuro. Me dijo que el ya había pasado por ese momento en su vida y por eso sabía que iba a venir. Solo tenía que darme un aviso y volvería a mi tiempo. Tenía que pasar por una grave enfermedad para luego volver a ser más fuerte. Me dijo que para pasar con alegría esos días me iba a dar un regalo. Luego me llevó por unas escaleras donde volví a aparecer de donde había salido. Metí la mano en el bolsillo para coger el regalo. Encontré un rollo de papel que al abrirlo era interminable y un lápiz que nunca se acababa. De repente me desmayé. Desperté en una ambulancia.
Juan Diego Pérez-Miranda (4º ESO)

MI VIAJE AL FUTURO
Caminaba por el Sahara desesperado por llegar al oasis que siempre quise ver. Hace ya días que había dejado el pueblo atrás, con mi familia y amigos. Lo peor de todo es que se me habían acabado las provisiones y me moría de hambre y sed. Me estaba adentrando en una tormenta de arena. La verdad es que lo único que quería era volver atrás con mi familia, pero ya era tarde para dar media vuelta. Vi a lo lejos una cactus que estaba medio cortado y donde había una señal tapada. Me acerque y la destape y ponía : “He aquí el camino que te llevará a dentro de 10 años…” Segundos después aparecí en la entrada de una casa extraña.  Se abrió la puerta y salió un hombre con barba que me fue a dar un abrazo. Yo no comprendía nada me dio un anillo y desapareció. Momentos después empecé a caminar y me di cuenta que había salido de la tormenta. ¡Estaba en la pueblo! Me estaba esperando mi novia, con mi familia, amigos, todos preocupados por mi. En ese mismo momento me di cuenta quien era ese hombre y porque me dio el anillo.





Stanis Yaruchyk (3º ESO)

DIEZ AÑOS DESPUÉS
Mientras bajaba por el monte me fijé que en el pueblo no había ruido. Llegué a un camino y me puse a andar con más prisa ya que estaba atardeciendo. Cerca de la senda había una señal. Delante de esta se hallaba un matorral. Distinguí un movimiento en este. La intriga me invadió y aparté sin cuidado las hojas. Un gato salió de un salto dándome un susto. En el poste abajo estaba escrito: “Diez años después". Una luz naranja rodeó el paisaje y luego la luz se fue. Muchas cosas habían cambiado. La tierra no estaba en buenas condiciones para poder cultivar algo. Anduve hasta llegar a la entrada. Un hombre adulto de treinta años cruzó la calle a la vez que aparecía un coche. Este aceleró y se llevó al hombre de calle. Salí corriendo porque supuse que la siguiente víctima sería yo. Entré en una casa y delante había un hombre parecidísimo a mí. Era yo. Hablé y salí de aquel pueblo tan cambiado. Al darme la vuelta hubo una explosión en la casa de yo. El columpio se derrumbó y el tobogán se puso a volar y cayó sobre mí. Papilla.
Juan Gómez Villa (3º ESO)

CAMINANDO SE  EMPIEZA
Recorrí aquel camino pensando que nada podía ir mal. Hacía un día espléndido y el sol me saludaba con un cálido abrazo que me envolvía y me daba tranquilidad. Mis pasos dibujaban un rumbo. Terminó  en  un verde campo resguardado bajo las sombras de unas viejas encinas escoltadas por densos matorrales en uno de los cuales, al recostarme, pude entrever un papel…
En aquel momento me encontré ante un la puerta de un piso en la que había un chico de unos veinticinco años. Tras su invitación, entré en aquel apartamento que resultó ser para estudiantes de la Academia General. Hablando con él, me contó que habían pasado diez años desde que encontró un folleto como el mío. No me dijo su nombre pero sí que buscase…
No estoy convencido de si esta historia es real, y mucho menos  de que la creas, pero te aseguro que conservo dos folletos que me hicieron ver que en diez años podría vivir tranquilo y rodeado mi gente.
Samuel Castellanos Tamayo (4º ESO)

¿QUÉ TENGO EN EL BOLSILLO?
Volví a casa pensando que todo había sido un sueño . Mientras pensaba yo estas cosas metí la mano en el bolsillo y noté que había algo de forma ovalada.
¿Qué podría ser pensé yo? Mi mente empezó a dar vueltas pensando lo que podría ser aquello.
Tal vez era un utensilio para viajar en el tiempo
O un huevo de dragón
O un robot camuflado
O una granada
O una bombilla inalámbrica
O un huevo de alienigena
O una cámara de vídeo camuflada
O una bola de navidad
O la parte de arriba de una maraca
Metí  la mano lentamente  curioso por lo que pudiera ser lo miré era un simple huevo de gallina hasta tenía el sello de la fábrica (laboratorios 2.0 huevos de gallina de la marca Huevería González 444333222)
Yago Reyero Martín (2º ESO)

EL ANILLO
…De repente, volví mágicamente a mi casa, cuando me senté a reflexionar sobre lo que había pasado. Noté en el bolsillo derecho un objeto chiquitito. Cuando lo saqué me di cuenta de que no fue un sueño, que verdaderamente había hablado con mi yo futuro.
El objeto que me dejó en el bolsillo era un anillo de compromiso. Ese anillo hizo que pensase qué se debe luchar por lo que más quieres. 10 años después gracias a aquella conversación, me casé y tuve hijos.
Firmado:
Tu yo de dentro de 10 años.
Lo dejé en el camino donde conocí a mi yo futuro con un anillo incluido.
David González (4º ESO)

REGRESO AL FUTURO
Eran las doce de las noche, cuando de repente sonó algo muy extraño. Era como una alarma que venía del bolsillo de mi pantalón. Perdón , antes de nada os voy a contar la experiencia que había vivido ese mismo día. Me levanté por la mañana con mucho entusiasmo, porque ese día iba a ir de excursión con el colegio al monte. Cuando llegamos, fuimos por una ruta corriendo. Pero hubo un momento que me cansé, y tuve que parar a descansar. Pero escogí mal la decisión, porque cuando ya recuperé todas las fuerzas, el colegio se había esfumado. Mire a mi alrededor, para ver si los veía, pero lo único que ví fue un arbusto. Exploré a través del arbusto, y me encontré con una señal que ponía “Al 2027”, decidí seguir la señal. Cuando llegué, me quedé sorprendido porque tenía ante mí una ciudad grandiosa y en el cielo se veían automóviles. Y os preguntaréis porqué decidí seguir la señal, pues porque quería conocer a mi yo futuro y ver mi casa del futuro. Cuando conseguí llegar mediante indicaciones de la gente, llamé a la puerta. Quien me recibió, fue un hombre de unos 30 años, barba´ojos marrones y tenía un periódico en la mano. Yo deducí que era  mi yo del futuro, así le conté paso a paso todo lo que me había pasado. Cuando terminé la historia, mi yo del futuro me dijo que lo sabía todo, porque él también lo vivió. Después de hablar durante una hora, llegó la hora de la despedida y mi yo del futuro me metió algo extraño en el bolsillo . Cuando metí la mano en el bolsillo, me encontré con un sobre y dentro había una carta que yo había escrito hace cinco años para mi yo futuro.
Diego Rojas Romero, (2º ESO)
¿QUIÉN SOY YO?
Me encaminaba  por la senda hacia mi objetivo, un paraíso que flirtea con la utopía. Verdes praderas colindando con montañas níveas y cervatillos correteando por la arboleda. Un lago cristalino en el centro de la pradera refrescaba el ambiente de mi destino.
Súbitamente  vi una señal a medio esconder, como si el que la hubiese intentado esconder lo hubiese hecho deprisa y de malas maneras, que daba a otro camino. Aparté el matorral y vi que la señal decía “un viaje de diez años”. Me picó la curiosidad y me adentré en el camino. Al principio parecía que iba a ser corto el camino pero anduve hasta que perdí la noción del tiempo. De pronto llegué a una chabola. Intenté llamar a la puerta pero en cuanto la rocé se cayó. Salió un señor por la puerta y en cuanto me vió la cara se le llenaron los ojos de lágrimas. Me hizo pasar y me dijo que era yo. No le creí pero me dio una cosa que me hizo salir de allí como alma que lleva el diablo. Corrí hasta llegar al matorral y vi con precisión lo que me había dado. Era el reloj de mi difunto padre que le había quitado yo de su cadáver. Lo tiré a la carretera y me fui como si nada a mi destino.
Borja  Luengo Molero (4º ESO)

LA LLAVE
-¿Qué tengo en mi bolsillo?- muchos conocen esa famosa frase que aquel curioso hobbit  se preguntó una vez, pero no se la suele preguntar uno. Yo me la pregunté aquel día.
Sin más dilación saqué ese objeto de mi bolsillo, pero me extrañé al ver que lo único que había era una simple cajita de madera. No tenía nada de especial. La abrí ansioso por ver un futurístico artilugio que me hiciera flotar o algo por el estilo, pero lo que vi me dejó más que sorprendido. Una llave, una llave es lo que había dentro de la caja, tenía también una inscripción decía así: si me abres en buena puerta te llevaré a donde más desees
Continué caminando hasta el final del camino pero esta vez había algo que no lo había antes… Una puerta.
Juan Ros Díaz (2º ESO)

CAMINO DE LOS DIEZ AÑOS (MERLÍN)
Cuando me encontré a mi otro yo hablamos del futuro que iba a tener pasados diez años.
De lo  primero que hablamos fue sobre si era bueno o malo, y si tenía educación o no.
Me dijo que sí. Cuando me lo dijo me puse muy contento.
Mi yo futuro me preguntó mi pasado y le conté mi historia: “cuando te adoptaron, estuviste en varios colegios: el colegio Madrigal, colegio salvador Dalí; colegio Carlos Cano; y por último y mi preferido, el colegio ANDEL Centro Educativo.
Cuando nos despedimos, sentía algo en el bolsillo. Era una luz muy brillante en la punta de un bastón con un poder intensivo. Era el báculo de Merlin, un poderoso bastón para derrotar el mal y vencer a los males que hay en el mundo
Me sentí muy contento al recibir ese artilugio
Diego Fuertes Casado (4º ESO)

miércoles, 10 de mayo de 2017

Y tú, ¿qué ves?

Esta semana hemos partido de algo muy básico: cinco líneas que seguro todos hemos trazado en algún momento de nuestra infancia para presentar, cómo no, una casita. Pero ya no somo tan niños y podemos apreciar en este dibujo algo más que un hogar. Y tú, ¿qué ves? 




SOMBRÍOS LADRILLOS  GRISES
Eran días sombríos por aquel año. El pueblo ya tenía la Constitución que quería pero aquello cada vez se parecía más a un barril de pólvora a punto de explotar. La gente cada vez era más hostil con los nobles, sobre todo con los que iban y venían de Coblenza. Quintín, noble caballero al servicio del Rey, pensaba esto mientras contemplaba a través de la ventana la lluvia cayendo sobre los sombríos ladrillos grises de la casa de enfrente. Las desatadas nubes de París avecinaban una tormenta aún mayor. Y el ambiente le afirmaba en la creencia de que tarde o temprano, su cadáver ensangrentado yacería sobre los húmedos y sombríos adoquines grises del suelo de las calles de la capital de Francia.
Juan Diego (3º ESO)

LA CASA TROTAMUNDO
Anna Bloom y Ulisses Moore estaban en la playa haciendo su paseo matutino, pero a Anna le deslumbró un objeto que estaba en la arena
-Ulisses, mira eso, parece…
Fueron corriendo a recoger sus cosas en la arena para marcharse de inmediato, al entrar en su casa gótica que ha pertenecido a más de tres generaciones de los Moore.
-Anna, ¿se puede saber a dónde vas con tantas prisas?
-Ulisses, esa figura con forma de casa invertida la he visto en el libro oculto.
La propietaria de La mansión (la llamaban así porque era la casa más grande de todo el pueblo) tiró de un candelabro que había en una pared y una librería se entorno, dentro estaban unas escaleras que conducían a unos túneles subterráneos. Al final del túnel había un atril con un libro encima, de un grosor extraordinario, Anna lo abrió por una página en el que ponía símbolos inexistentes y ahí estaba la silueta de una casa invertida igual que la que había encontrado en la playa que tenían debajo del acantilado en el que vivían, el libro decía que se trataba de la “casa trotamundos” decía que si ponías este objeto en una puerta y decías otra puerta automáticamente aparecía dicha puerta. Esto facilitaba los desplazamientos. La pareja de La mansión fue a probarlo ya que según el libro eran objetos inexistentes por lo cual no debería existir pero ahí estaba entre las manos de Anna. Lo pusieron y dijeron el nombre de la puerta que daba el despacho Oval y efectivamente aparecieron en la casa blanca
Ahora había dos opciones utilizar este objeto para entrar en bancos o esconderlo donde nadie pueda encontrarlo jamás.
Gabriel Quesada Lobo (2º ESO)

ARREPENTIMIENTO
Fui parte de un experimento social. Me enseñaron un  dibujo y me preguntaron qué era lo que veía, pero me daba demasiado corte decirlo así que mentí. Pero ahora que estoy solo me atrevo. Veía una casa con un bonito jardín y un perro corriendo tras un niño. También veía a un padre y una madre y el niño estaba contento y no le pasaba nada. Los padres bajaron del porche y se pusieron a jugar todos juntos. El niño tenía seis años.
Testimonio de una Mujer que abortó. Madrid 26-4-17
Borja Luengo Molero (3º ESO)

FLECHAS
Una flecha que apunta hacia el cielo, a lo más alto. Una flecha que te guía cuando te hallas perdido en tortuosos caminos o te confirma que vas por el camino correcto y te anima a seguir adelante. Una flecha que te coge por sorpresa y no te deja escapar del que te ha herido.
Un flechazo es capaz de cambiarte la vida.
Samuel Castellanos Tamayo (3º ESO)

¿QUÉ VES?
Eulalio va andando por la calle. De repente nota un pinchazo. El final de un lápiz (donde acaba la mina de la parte de arriba del lápiz, no donde acaba la mina para poder escribir) toca el suelo, por lo que está de pie. El lápiz es gordo y blanco. Eulalio lo coge para ver de quien puede ser si probablemente pone el nombre de la persona que se le había perdido. No pone absolutamente nada. A Eulalio le parece un lápiz demasiado soso porque no tiene la marca de donde se ha producido por lo menos. Eulalio está inseguro porque no sabe qué hacer con el lápiz. Lo coge y se lo mete en su bolsillo. Mira hacia delante para ver si hay alguien que tiene unos metros enfrente de él y se lo puede devolver. Pero con tanto entretenimiento no había ningún alma por la calle. Eulalio comenzó a obsesionarse porque le daba mal rollo cogerlo y tenerlo en su casa como recuerdo del desafortunado que perdió el lápiz gordo. Se lo sacó del bolsillo y lo dejó donde lo había visto por primera vez cuando notó la presencia de…
Juan Gómez Villa (2º ESO)

EL HOGAR
El hogar, aquel lugar al que vas a encerrarte cuando algo sale mal, donde vive tu familia. Cosa que yo perdí hace mucho, en tiempos de la guerra.
Allá por el año 1937, yo vivía en la gran urbe de Barcelona con mi familia, compuesta por mi mujer Cristina, y mis dos hijos, Isabella y Daniel. Había pasado poco tiempo del bombardeo de Guernica y se rumoreaba que la próxima ciudad en caer sería Barcelona. La gente vivía asustada, con temor a morir. Hace tenues años lo más común era ver a montones de personas paseando por las calles de la majestuosa urbe, pero con las amenazas de bombardeo no podías divisar ni un ser con apariencias de estar vivo. En pocos años ha cambiado mucho la situación de la ciudad. Una tarde no sé si cometí un error el treinta de abril. Me fui de casa a por un medicamento para mi hija y dejé a mi familia desprotegida en casa. Si aquel día no hubiese salido de casa, mi familia, quizás seguiría viva. Los bombardeos azotaron toda la ciudad. Arrasaron con todo. Incluido con mi casa. Cuando llegue, en el lugar en el que estaba mi casa encontré un montón de escombros. Recuerdo haber visto los cadáveres de mi mujer e hijos incinerados, destruidos por la explosión. Sufrí. Empecé a vagar por Barcelona, perdido, extraviado, sin saber adónde ir. Me sentía vacío por dentro. Viví en la indigencia durante muchos años. Hasta que encontré a mi pequeño mesías particular. Daniel Sempere. Actualmente trabajo en la librería de su padre, y estoy prometido. Siento que he vuelto a encontrar mi hogar.
José Jesús Benítez (1º ESO)

ÁRBOL
La casa en la que vivía con mis padre no era ni muy grande ni muy pequeña era más bien mediana tenía dos pisos y una terraza sobre el segundo. En ella guardábamos nuestros *grifos es decir, utilizábamos aquella gran terraza como una especie de cuadra. Aquella terraza tenía una zona al aire libre otra que utilizábamos como corral para las gallinas y otra bajo techo. La de al aire libre era donde solían estar los grifos, preparados para despegar siempre que se les necesitara y solo estaban en la zona bajo techo cuando precipitaba , hacía mucho calor, o en las noches frías o mucho viento . Aquellas noches en las que ramas de los grandes árboles en las que construíamos nuestras casas se movían levemente hacia los lados. Aquellas ráfagas de viento no eran problema para las casas de nuestra tribu que no estaban sobre las ramas, sino que estaban fijas a ellas. El segundo piso de mi casa eran los dormitorios y  el primero era el salón-comedor y la cocina.
Yago Reyero Martín (1º ESO)

LA PROPIEDAD DEL SANTO GRIAL
Érase una vez una iglesia en Madrid llamada “Santa Luisa de Marillac”. Esa iglesia tenía mucha fama, porque era propietaria del famoso cáliz conocido como “Santo Grial”. Esa iglesia había conseguido el Santo Grial porque según cuenta una leyenda antes de construirse la iglesia estaba situado el castillo del rey Arturo, y como bien sabemos en ese castillo se encontraba la famosísima mesa redonda en la que  muchos años atrás se reunían los caballeros del rey Arturo, y encima de esa mesa se encontraba el Santo Grial. Pues bien, cuando se destruyó el castillo, no sobrevivió ni la mesa, pero misteriosamente los arqueólogos encontraron intacto el Santo Grial. Y como no  sabían qué hacer con él se lo entregaron al párroco de la iglesia.
Diego Rojas Romero (1º ESO)


miércoles, 26 de abril de 2017

El Guernica tiene historia

80 años han pasado ya de aquel cuadro, reflejo mayúsculo del bombardeo sobre Guernica. La historia, la conocemos todos. Las consecuencias, las sufrimos todos. Hoy, nuestros humildes escritores traen a la memoria en palabras lo que Picasso transmitió en imágenes. 

DIARIO DE ALICIA MONTALBÁN
Guernica
Guernica. 25 de abril de 1937.
Estamos en plena guerra civil. El miedo se huele en cada esquina, la gente duerme sin saber si al día siguiente se volverá a despertar. Los niños no pueden salir a jugar a la calle por miedo a morir. Las tropas franquistas se están acercando a Vizcaya. La gente lleva toda la semana aterrorizada, muchos morirán, los que corran suerte, vivirán.
26 de abril de 1937.
Como cualquier otro día, amanece con un gran sol imponente. Los  pequeños haces de luz se cuelan por la ventana de mi habitación. Abro los ojos y veo que en la mesita de noche hay una bandeja perfectamente preparada con un ominoso desayuno. En la bandeja se encontraba un plato con tostadas untadas en mermelada y mantequilla, una humeante taza de café con leche, un vaso de zumo de naranja y una nota, en la que se leía:
Hija, espero que te encuentres bien, que se te hayan pasado los dolores, he tenido que salir a comprar una cosa urgentemente. Te dejo el desayuno listo,
Te quiere,
Mamá.
El día transcurrió como siempre, hasta que una vez pasado el mediodía, empecé a oír un ruido ensordecedor, miré por la ventana y vi pasar unos aviones. De los aviones se desprendieron unos objetos metálicos de tamaño descomunal, eran bombas. Cayeron en el pueblo, la gente corría desesperada. Oí el primer bombazo en la lejanía, volví a mirar por la ventana y lo vi, la ciudad estaba en llamas. Huí despavorida. La segunda explosión, se estaba acercando, sabía que si no escavaba rápido, quizás no llegaría al día de mañana. En un par de minutos conseguí dejar atrás la ciudad, por precaución seguí corriendo unos cientos de metros para estar segura de llegar a salvo. Cuando creía estar segura, sucedió: un edificio salió volando, y me dejó esta herida de guerra que llevo conmigo.
26 de abril de 1967
Aun habiendo pasado treinta años del accidente que me dejó esta herida en la cadera derecha, cada vez se propaga más. Se extiende a través de mi pierna, creando la ilusión de una extensa telaraña de venas negras. A ratos me duele, tengo que tomarme un analgésico muy fuerte. Me gusta tomarlos con una buena copa de vino blanco. Mi jefe me dice que es insalubre, pero me da igual, solo eso es capaz de calmarme el dolor de la pierna. Tengo esta cicatriz que espanta a todos mis amantes, los intimida y se van corriendo y todo por culpa de las tropas franquistas y su estúpida guerra, solo por tener el control de España. Hay que ser tonto para hacer que un país pase miserias solo por tal tontería. El recuerdo de Guernica lo llevaré siempre en el corazón.
José Jesús Benítez (1º ESO)

PURO ARTE
Estaba allí. Solo. Delante de mí estaba aquel famoso cuadro. 80 años hacía que un pintor, con sus lágrimas, esfuerzo y sudor hubiera pintado aquel lienzo que llegaba hasta lo más hondo de cualquier persona que lo miraba. Arte. Esa era la mejor descripción de una simple pintura que traspasaba corazones y almas. Es increíble lo que el ingenio humano puede hacer: 3 años de trabajo eran pocos comparados con los que se habían  necesitado - y se seguirían necesitando – para llorar amargamente delante de aquella perfección y a la vez profundo tormento plasmado un día por un auténtico genio. Seguía allí. Seguía solo. Pero ahora tenía delante aquel empapado pañuelo. Había sido imposible luchar contra el dolor. Mis lágrimas también se habían derramado. Puro arte.
“No solo Málaga, no solo España, toda la humanidad agradece a Picasso sus magníficas pinceladas que han pasado a la historia”.
Veo una gran bomba a punto de caer. Lo mejor que puedo hacer esconderme bajo mi cama…
La bomba ya ha explotado, creo que ha caído encima de la catedral. Tengo mucho miedo. No tengo a nadie para que pueda protegerme.
Hay mucho humo, y sobre todo mucha gente muerta.
Ya he salido, ha pasado todo, eso espero… Los escombros de los tejados, la gente muerta, todo, todas estas cosas me gustaría olvidarlas, y volver a la vida cotidiana. No puedo escribir más, nos vemos mañana.
Pablo Ruiz Picasso 

Gabriel Pérez-Miranda Mata (1º ESO)

MI GUERRA, MI GUERNICA
Me llamo María, vivo en Vizcaya. Tengo nueve hermanos y yo soy la más pequeña. Estamos en plena guerra civil. La guerra es oscura y fría, fría como la muerte. La gente ya no sonríe, no tienen ninguna expresión en la cara y sus ojos están ya vacíos. Ahora la gente está cenando con lo único que queda: un poco de pan duro, unas gachas, y de postre nos tenemos que conformar con leche de cabra, daría lo que fuera por tomar un pan con mantequilla y una buena galleta de avena: tan dulce como el amor de mi madre. Nos vamos a dormir, no sé porque pero a las tres de la madrugada me siento sola, y salgo de casa para respirar aire puro. A lo lejos puedo divisar unos aviones. Me quedo petrificada, mis pies descalzos se han quedado de piedra y veo como unos puntitos van cayendo por el aire helado… y forman grandes explosiones de rojos colores, son grandes bombas franquistas. Salgo corriendo y noto como una fuerza me impulsa hacia delante y se me nubla la vista.
El aire frío de la mañana me despierta y salgo corriendo a mi casa, ahora solo quedan escombros y no encuentro a mi familia, ni un rastro, nada de nada. Me pongo a llorar, y no dejo de pensar que fuí una tonta al salir de casa. ¿¡y yo que sabía!? Después de unos meses un tal Picasso dibujó esa imagen que tengo en la cabeza tan olvidada ya, y me pregunto si aquel extraño pintor estuvo ahí, así él podría consolarme y darme fuerzas para afrontar esta estúpida guerra, que te arranca el corazón.
Han pasado ya muchos años y estoy delante de ese cuadro, que ya es tan conocido. Algunos lo llaman arte, otros, maestría. Pero yo lo único que veo es una ventana donde se ve mi guerra, mi Guernica.
Pablo Jiménez Alonso (1º ESO)

MI GUERNICA
"26 de abril de 1937.
Veo una gran bomba a punto de caer. Lo mejor que puedo hacer esconderme bajo mi cama…
La bomba ya ha explotado, creo que ha caído encima de la catedral. Tengo mucho miedo. No tengo a nadie para que pueda protegerme. Hay mucho humo, y sobre todo mucha gente muerta. Ya he salido, ha pasado todo, eso espero… Los escombros de los tejados, la gente muerta, todo, todas estas cosas me gustaría olvidarlas, y volver a la vida cotidiana. No puedo escribir más, nos vemos mañana. Pablo Ruiz Picasso".
Gonzalo Daniel Sánchez Ruiz (1º ESO)