EL VIEJO Y EL MAR
Era un viejo que pescaba solo en un bote en la corriente del
Golfo y hacía ochenta y cuatro días que no cogía un pez. El pobre hombre tenía
el rostro desfigurado, notables ojeras y otros síntomas que delataban su
frustración y el hambre.
No me atrevía a hacer otra cosa que mirarle todas las tardes
después del colegio. Un día estaba pensando si darle mi merienda. En el momento
en el que me estaba acercando, mi madre me gritó que no se me ocurriera volver a verle. Desgraciadamente mi madre
falleció a la semana siguiente y a mí solo se me ocurrió ir a ver al viejo.
Así fue como comenzó mi gran amistad con William. Will me
enseñó su oficio, el cual comencé a amar. Murió el quince de noviembre de
1935, quince años después del comienzo de
mis visitas diarias, cuando solo tenía siete años.
Desde entonces, el trabajo sigue siendo el mismo.
Samuel Castellanos, 2º ESO
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