Es un secreto

ANIMALES DOMADOS
No se lo cuentes a nadie, es un secreto. Yo me quedé muy sorprendido y no supe si creerle. Era muy difícil conseguir domar a tu animal sobre todo si era un animal salvaje. Pero la sacerdotisa de la aldea nunca mentía. Pero yo no fui capaz de creerla, así que dije:
- Si dice usted que puede domar a su animal y adquirir sus poderes, hágalo.
La sacerdotisa no pudo evitar sonrojarse por la ira y dijo:
- Incrédulo, míralo con tus propios ojos y creerás.
La sacerdotisa llamó a su pantera Zara que se despertó lentamente y fue de mala gana a su lado. Yo me quedé muy sorprendido. Lo que me tocó a mi fue un águila y nunca me había obedecido. Pero eso no fue todo, luego ella dijo unas palabras raras y al final se convirtió ella también en una pantera.
Yago Reyero Martín (1º ESO)

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