LA TECNOLOGÍA, UN MAR DE PELIGROS
Me llamo Internet, y soy el peor de tus amigos. Mi dueño se llama Daneo, y es un poco incauto.
Me compró en realidad su madre, pero Daneo le dijo a su madre que quería un ordenador, porque todos sus amigos tenían uno como yo, y ella le dijo que no podía darle un ordenador nuevo, así que me dio a mí. Él me miro con cara de pocos amigos, y le dijo a su madre que no me quería a mí, sino que quería un ordenador más nuevo. Puede que digáis que los ordenadores no tenemos sentimientos, pero eso me dolió. A lo que iba, que su madre lo miró y le dijo que este (refiriéndose a mí) o nada. Daneo tuvo que aceptarme a regañadientes.
Después de unos años, exactamente dos, se enchufa a mí cada día después de clase. Su madre le dice que estudie, pero él no le hace caso; y eso se nota porque ha bajado mucho sus notas. Y a parte se ha vuelto distinto…
Un día salió a la calle y alguien le asesinó, le habían metido un virus. Desde ese día no he vuelto a funcionar.
Pablo Jiménez Alonso (1º ESO)
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