MI PESADILLA, MI VIDA
Todavía lo recuerdo, el agua nos tambaleaba de un lado para otro y los demás niños lloraban desconsoladamente.
La gente que nos acogió no parecía que les gustásemos mucho, y, a veces le decía a mi hermano mayor que me quería ir de allí; el me miraba y me decía que no había otra salida, y me preguntaba si quería seguir allí. Él y yo tenemos un nombre en clave para decir la ciudad de dónde venimos, simplemente lo hacemos porque no queremos recordar los malos momentos que pasamos allí, ni tampoco los tiroteos, ni la gente mala que mataron a nuestros padres. Esa noche fue la peor que he pasado en mi vida. Os voy a explicar cómo fue:
Pasó cuando era más o menos a la hora de la comida, nosotros no teníamos dinero, así que esa noche tocaba otra vez la sopa de lentejas que no me gustaba nada. Después de comer nos fuimos a dormir, pero con los estallidos y los tiros de un lado para otro nos molestaban mucho así que tuve que taparme con las almohadas.
Me despertó un movimiento brusco, y me di cuenta de que estaba en un coche. Eran los del Dahes. Nos llevaron a un a casa y nos hicieron meternos en una habitación. Después de un rato se llevaron a mi madre, y oí un grito desesperado, y un estallido, después se llevaron a mi padre, y lo mismo; sabía lo que estaban haciendo, estaban cortando las cabezas para colgarlas en barras de hierro. Vinieron a por mi hermano, pero se oyó una explosión y aparecieron unos soldados, y luego nos llevaron aquí.
Pablo Jiménez Alonso (1º ESO)
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