Personas sin hogar

LA CEGUERA DEL DÍA A DÍA
Todos los días pasaba por allí después de salir del trabajo y siempre veía al mismo hombre en el callejón y me parecía raro, porque había un montón de callejones, unos más limpios o más anchos, pero él seguía siempre en el mismo callejón. Nunca me paraba a verle porque salía por la noche del trabajo pero un día me paré y le saludé. Era un jovencito que tenía una manta encima, empapada, y tenía un peluche muy pequeño a su lado. Entonces cogí mi bolso y saqué de él una manta que siempre cojo de mi trabajo cuando hace frio.
Al día siguiente por la mañana cogí comida, salí pronto de casa y me puse a andar camino al callejón. Me encontré al joven que estaba de pie y le di la comida:
soy pobre y busco por la calle
lo que un loco me ha quitado
y sin embargo, lo que tenía
era un poco de alegría
pero él me lo ha quitado
veo a la gente y procuro mirar a otro lado
creo que lo voy a olvidar
porque si intento mejorar
voy a tropezar.
Tengo frío,
Todo esto es un lío
Estoy loco
Y de comida solo un poco
Luis Contreras Rascón (1º ESO)

No hay comentarios:

Publicar un comentario